La forma sonata o allegro sonata es probablemente una de las formas
más usadas en la música clásica y romántica. Los primeros movimientos
de las sonatas, los cuartetos, las sinfonías e incluso los conciertos
están a menudo construídos usando esta forma. La forma básica consta de
tres partes:
La exposición
En la exposición, el compositor presenta los temas que usará en la
obra. Generalmente tiene dos secciones, la primera en la tonalidad
principal, la segunda en la tonalidad de la dominante o - en el caso de
tonalidades menores - en el relativo mayor o la dominante. Cada sección
puede tener uno o más temas. Los temas pueden ser similares o
contrastantes.
Una transición sirve de enlace entre la primera y segunda sección
sirviendo para modular a la nueva tonalidad.
La exposición termina con una codetta y puede ser precedida de una introducción.
El desarrollo
En esta sección el compositor desarrolla los temas presentados en la exposición. Son comunes las modulaciones frecuentes.
No siempre se desarrollan todos los temas y en ocasiones el
compositor puede presentar un nuevo tema (como por ejemplo en la tercera
sinfonía de Beethoven).
Reexposición
La reexposición es casi una repetición de la exposición pero con un
cambio principal: la segunda sección aparece ahora en la tonalidad
principal. A parte de ese cambio, el compositor normalmente hace
múltiples variaciones, extendiendo, reduciendo o eliminando secciones,
variando la escritura instrumental o la orquestación en el caso de obras
orquestales.
El movimiento termina con una coda que en algunos casos se convierte en un segundo desarrollo.
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