Zarabanda (del italiano sarabanda) es una danza lenta escrita en un
compás ternario y se distingue en que el segundo y tercer tiempo van a
menudo ligados, dando un ritmo distintivo de negra y blanca
alternativamente.
Las blancas corresponden a los pasos arrastrados en el baile.
Se tiene primera constancia de la zarabanda en América Central: en
1539, un baile llamado zarabanda se menciona en un poema escrito en
Panamá por Fernando Guzmán Mexía.
Sus orígenes no están claros, de acuerdo con la dicha primera
constancia escrita puede que el baile se popularizase en las colonias
españolas, aunque de origen incierto, antes de cruzar el Atlántico para
llegar a España. Otros autores otorgan a la zarabanda un origen
exclusivamente español o africano, habiendo llegado a España a través
de la invasión musulmana. Alonso López, “el Pinciano” remota sus
orígenes incluso al culto dionisiaco.
Se le consideraba un baile obsceno y despreciable por los moralistas de la época, y fue por ello prohibida en España en una orden fechada el tres de agosto de 1583, bajo pena de doscientos azotes y seis años de galeras para los hombres y destierro del reino para las mujeres, la zarabanda fue citada con frecuencia en la literatura de la época (por ejemplo de Góngora, Cervantes, Lope de Vega y otros) y gozó de enorme popularidad hasta entrado el siglo XVII.
Posteriormente, y ya mucho más reposada, se convirtió en un
movimiento tradicional en la suite durante el Barroco. La zarabanda
barroca suele ser más lenta que la española original, siguiendo la
interpretación cortesana europea de las danzas latinas. La zarabanda fue
resucitada en el siglo XX por compositores como Claude Debussy, Erik
Satie y, con otro estilo, Vaughan Williams (en Job) y Benjamin Britten
(en Simple Symphony).
Quizá la zarabanda más famosa es la anónima La Folía, cuya melodía aparece en piezas de varios compositores desde la época de Claudio Monteverdi y Arcángelo Corelli hasta la actualidad. Stanley Kubrick utilizó una zarabanda de Georg Friedrich Händel, variación de La Folia, en la banda sonora de su película Barry Lyndon.
Quizá la zarabanda más famosa es la anónima La Folía, cuya melodía aparece en piezas de varios compositores desde la época de Claudio Monteverdi y Arcángelo Corelli hasta la actualidad. Stanley Kubrick utilizó una zarabanda de Georg Friedrich Händel, variación de La Folia, en la banda sonora de su película Barry Lyndon.
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